Wasteland 3 – Análisis
inXile nos trae nuevamente su singular visión de un futuro post-apocalíptico, dejando de lado las áridas planicies de Arizona en favor de las montañas nevadas de Colorado. ¿Qué les depara a los Rangers en esta nueva aventura por el yermo de Wasteland 3?
Juego: Wasteland 3
Género: CRPG, Estrategia por Turnos
Subtítulos: Inglés, Español, Francés, Alemán, Polaco
Doblaje: Inglés
Jugadores: 1 en solitario, cooperativo en línea para dos
Desarrollador: inXile Entertainment
Distribuidor: inXile Entertainment, Xbox Game Studios
Plataformas y fecha de salida: 27 de Agosto del 2020 para PlayStation 4, Xbox One y PC via Steam y GoG
Precio inicial: $59.99. También disponible en Xbox Game Pass para consola y PC
Medidas extremas para situaciones extremas
La última vez que vimos a los Rangers de Arizona enfrentaban un ejército de máquinas lideradas por una maligna inteligencia artificial. Como último recurso, los Rangers detonaron su cuartel general con el fin de evitar que este enemigo liderara una campaña contra el resto de la humanidad. Aunque tuvieron éxito y lograron detenerlo, esta victoria fue costosa y se encuentran ahora en muy malas condiciones.
Es así como un convoy parte hacia Colorado con el fin de establecer una alianza estratégica con El Patriarca, dictador de esta zona. Su llegada es más cálida de lo que esperaban, sin embargo, ya que son emboscados y eliminados casi por completo.
Al llegar a Colorado Springs, entablan con El Patriarca una frágil alianza. Este se ofrece a proveer a los Rangers con suficientes provisiones para que sobrevivan en Arizona si a cambio pueden resolver un asunto familiar de suma importancia. Sus herederos, Victory, Valor y Liberty han decidido rebelarse contra él y te es encargada la misión de traerlos de vuelta, por las buenas o por las malas, pero con vida.
Es así como inicia tu aventura y, en cierta forma, esta es realmente la única parte del juego que podría considerarse rígida. Si has jugado las entregas anteriores de esta franquicia, sabrás que los juegos de Wasteland están basados en una estructura clásica de juegos RPG donde tienes una amplia libertad de acción.
Por ejemplo, si bien El Patriarca es tu benefactor inicial y tu misión principal es cumplir con su cometido, hay muchas formas en que esta misión se puede desenvolver. Puedes decidir que alguno o ninguno de los hijos merece volver con vida debido a sus respectivas acciones o favorecer a alguno de ellos en un golpe de estado contra su padre. También, puedes traerlos de vuelta a todos con vida, pero aun así derrocar al Patriarca tú mismo y apoderarte de Colorado Springs en nombre de los Rangers. Todo depende de tus decisiones y tu estilo de juego.
Este tipo de desarrollo abierto se mantiene para la mayoría de misiones secundarias también. En teoría, puedes combatir y eliminar todos los NPCs del juego y obtendrás un final apropiado para tus acciones, aunque evidentemente esto no sería fácil. Si combatir no es tu fuerte, frecuentemente hay alternativas que puedes utilizar para salirte con la tuya. Puedes mentir, sobornar, persuadir o intimidar a muchos de los personajes, incluyendo a los principales. Eso sí, para lograrlo necesitarás los atributos apropiados en tu escuadrón. Balancear estos atributos para poder explotar las situaciones que encontrarás es gran parte de la jugabilidad.
La narrativa está acompañada por un apartado gráfico bastante bien logrado. Las ambientaciones, el diseño de niveles y los personajes son bastante más vistosos que en su entrega anterior. Además, el trabajo de voces es excelente tanto en figuras autoritarias como el Patriarca así como en los personajes secundarios más pintorescos. Los diferentes anuncios de radio que puedes escuchar mientras viajas por el mundo, los trágicos testimonios de los individuos más desafortunados y los extraños acentos de los caníbales, mutantes y cultistas que encontrarás son todos convincentes y con diálogos muy acorde a cada facción. Todo parte del humor negro característico de la franquicia.
Las intrincadas raíces de Wasteland 3
Para gusto de muchos, el género de CRPG ha tenido un resurgir en los últimos años. Wasteland es uno de los mejores ejemplos de un RPG “clásico” (o de computadora, dependiendo de a quién le preguntes el significado de la “C”). Sus múltiples sistemas, basados en gran medida en elementos de juegos de rol de tablero, son expuestos de forma fantástica en cada entrega y Wasteland 3 no es la excepción.
Este aspecto es uno de sus más grandes atractivos y es evidente desde la primera sección del juego: crear tus personajes. La cantidad de opciones predeterminadas es ya de por sí interesante, cada una con sus historias y motivaciones, pero en caso de que quieras llevarlo un paso más allá puedes crear tus propias abominaciones y enviarlas a la acción.
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Cada personaje tendrá sus características específicas, pero puedes mejorarlas a tu parecer sin ninguna restricción de clases. En tus viajes controlarás una cuadrilla completa de seis como máximo. La recomendación, evidentemente, es que especialices cada uno de ellos para que así el grupo se beneficie de tener talentos variados. Estos te servirán tanto en combate como en exploración y en diálogos, a veces ofreciéndote incluso opciones de diálogo o acciones nuevas. Dichas opciones pueden tener consecuencias grandes, por lo que es conveniente que no las descuides.
Lee nuestros consejos acerca de cómo sobrevivir en Wasteland 3
En combate, deberás saber cómo usar efectivamente tus habilidades. Wasteland 3 no es un juego fácil y en ocasiones te enfrentará con situaciones en las que dudarás si es posible ganar. Por ejemplo, en uno de mis viajes encontré un campamento de cultistas que adoraban como deidad a una inteligencia artificial del presidente Ronald Reagan. Un clásico.
Estos, naturalmente, desarrollaron una relación antagónica con una comunidad de máquinas que mantenían un sistema comunista. Me encomendaron una misión en la que debía robar algo de las máquinas, algo de vital importancia. Sin embargo, luego de visitar el campamento de las máquinas y ser testigo de su apacible y racional sociedad, estas te hacen una contrapropuesta en la que debes traicionar a los cultistas. El juego te da la opción de tomar cualquiera de las dos rutas sin darte además descripción de las consecuencias que esto traerá. En estos casos, tu única guía es tu intuición y tu compás moral.
Siendo así, decidí traicionar a los cultistas pero no sin antes hacerlos pensar que había retornado con el preciado botín. Inicialmente pensé que podría salirme con la mía sin ningún problema, mintiendo. Sin embargo, ese no fue el caso. Ignoro si hay forma de resolver la situación sin conflicto, pero lo que causó mi decisión fue que todos los miembros del culto inmediatamente entraran en alerta roja y vinieran por mi cabeza. Personajes principales, guardias genéricos, vendedores y, por supuesto, Ronald Reagan en persona (más o menos) decidieron que mis acciones eran imperdonables y decidieron atacarme con toda su furia.
Lo que inicialmente hubiese sido una pelea regular, terminó siendo una odisea en la que parte de mi escuadrón se quedó sin municiones y tuvo que defenderse solamente con sus habilidades innatas, a veces hasta con los puños. El escape final fue logrado gracias al vehículo armado con el que exploras el mundo, el cual sirve como parte del escuadrón en algunas secciones.
Momentos impredecibles como estos, en los que debes utilizar objetos consumibles, habilidades especiales y tácticas de combate para lograr sobrevivir son los que más hacen brillar Wasteland 3. Momentos en los que deja de sentirse como un videojuego y te absorbe en situaciones en las que no eres subestimado, a diferencia de muchos otros juegos del género.
Habiendo descrito sus mejores características, no puedo dejar de mencionar la contraparte. Wasteland 3 es un juego visualmente hermoso y mecánicamente sólido, pero esto no evita que padezca de un caso mediano de bugs y detalles poco refinados. En combate, por ejemplo, notarás algunas veces que los porcentajes de precisión desde ciertos ángulos no tienen mucho sentido. En ocasiones, los enemigos te dispararán a través de lo que aparentemente son paredes al igual que tú podrás hacerlo. Otras veces, las animaciones se repetirán cíclicamente sin razón aparente.
El peor caso de todos es el de su interfaz de usuario. Esta es funcional pero es probable que constantemente sientas que es demasiado aparatosa incluso para realizar acciones simples. En el mejor de los casos, interactuar con ella es confuso. En el peor de los casos, terminarás disparándole a los miembros de tu propio equipo o curando a tus enemigos.
Además de estos desperfectos, que por cierto permean también el manejo de inventario y en ocasiones hasta la navegación usando el mapa, hay otro transgresor notable. Los tiempos de carga del juego son altos e inevitables si quieres moverte entre zonas, a veces incluso entre partes de la misma ciudad. El juego se siente bien optimizado, sin embargo hay notables bajones de frames en ocasiones que no parecen ser justificables. Estos bajones aparecen en momentos fijos, como al iniciar el modo combate, incluso si todos los elementos de la zona ya están cargados y funcionan fluidamente. También suceden en algunas conversaciones, como si el audio de la respuesta que esperas recibir tuviera que ser cargado por separado por alguna razón.
Aun así, es testamento de lo bien logrado que está el resto de Wasteland 3 que estos problemas, aunque constantes, no disminuyen de forma significativa el disfrute del juego. A pesar de ellos, es interesante recorrer este mundo donde al doblar la siguiente esquina encontrarás siempre una situación peligrosa, trágica, graciosa o una combinación de todas.
Lo Bueno:
- Fantástico apartado gráfico
- Excelente trabajo de voces
- Guiones y personajes pintorescos llenos de humor negro
- Complejo y satisfactorio sistema de combate
- Elementos de RPG con mucha libertad de decisiones y consecuencias
Lo Malo:
- Problemas en el manejo de la interfaz de usuario
- Altos tiempos de carga
- Bugs ocasionales en combate y exploración
Conclusión
Wasteland 3 es un gran ejemplo de un juego con elementos clásicos de RPG traído a tiempos modernos. Aunque posee una notable cantidad de bugs visuales y mecánicos, esto no evita que esta aventura por este futuro postapocalíptico sea inmensamente inmersiva y divertida.