The Legend of Zelda: Link’s Awakening – Análisis
La saga de The Legend of Zelda ha pasado por muchas facetas, casi siempre manteniendo la idea de explorar calabozos y cuevas en mundos ricos en contenido e historia. Breath of the Wild fue el punto más alto en cuanto a exploración de mundo abierto, no sólo para la franquicia, sino para el sector de los videojuegos en general. Sin embargo, nunca está de más salirse de la tonalidad seria para ofrecernos un juego chistoso y encantador, hablamos por supuesto de Link’s Awakening, uno de los juegos más queridos por los fans. La pregunta aquí es ¿pasa la prueba del tiempo? veamos.
The Legend of Zelda: Link’s Awakening es una aventura de acción y exploración de vista superior rehecho del juego lanzado originalmente para Game Boy y su versión DX de game Boy Color. Para esta ocasión probamos el título en un Switch estándar.
El Mandadero Universal
Link’s Awakening conserva el estilo clásico en su jugabilidad y nos cuenta una historia de escala épica pero con dosis de kameos extraños y buen humor. Durante una de sus tantas aventuras, Link se ve atrapado en una tormenta, por lo que queda inconsciente y despierta en la Isla Koholint. La única manera de salir, es recolectando 8 instrumentos que ayudarán a despertar a El Gran Pez.
La narrativa de Link’s Awakening pone al jugador a realizar una gran cantidad de tareas con variados acertijos a lo largo de la isla. Básicamente eres el mandadero universal, realizando pequeñas misiones para los personajes que te llevarán eventualmente a obtener las llaves respectivas del calabozo a explorar.
Como es típico de los Zelda clásicos, te desplazas en ocho direcciones mientras ves a Link desde una vista superior. Atacas con la espada y te puedes defender de ataques con tu escudo presionando R. Con el tiempo irás adquiriendo objetos que te ayudarán a acceder a nuevos lugares. Como jugador que nunca ha probado el título original pero sí disfrutó de otros más viejitos como A Link to the Past, me genera gratificación esa sensación de descubrimiento por los objetos que vaya a obtener. ya sea buscar la forma de llegar a lugares distantes que están obstaculizados por grandes huecos o por rocas pesadas que atraviesan el camino.
Puede que para las nuevos jugadores, el rol de mandadero se vuelva una tarea cansina. En el juego pasas constantemente cambiando tus objetos desde el menú y agregándolos para X y Y y devolviéndote constantemente donde los personajes para resolver acertijos y demás. Sin embargo si eres de los que le gusta resolver misterios, este es tu juego. Muchos de los personajes tienen historias qué contar, como Marin y su amor por los animales o la trágica historia de un fantasmita carismático que con poco diálogo y narrativa conmueve con mucha ternura y emoción de principio a fin.
El diálogo también tiene partes de buen humor y muy meta. Es como si el director del juego le estuviese hablando al jugador en tercera persona y como si los personajes del mundo estuviesen conscientes de que están en un videojuego. Tanto así que permitieron kameos de distintos enemigos y héroes de otros juegos del mundo de Mario y Kirby. Entre menos lo pienses, más vas a disfrutar los momentos sin sentido del juego.
Al final el juego se vuelve un homenaje a lo que mejor lo representa y no olvida que sigue siendo un juego de Zelda. Con esto digo que la dificultad de los enemigos es justa y basada en las habilidades y objetos que obtengas. Pasarás cierto tiempo descubriendo los puntos débiles de algunos enemigos y sentirás esa sensación de satisfacción cuando los venzas. Reconocerás los enemigos de siempre como los Stalfos, Moblin, Tektites u Octoroks, así como también verás unos de los jefes más originales y formidables de la saga.
Adicionalmente cabe mencionar que el juego nos ayuda ofreciéndonos pistas, ya sea llamando a Ulrira, buscando estatuas de búhos (que en los calabozos requerirás de encontrar sus picos, porque sí) o bien irte a la biblioteca para llenarte de sabiduría básica de su jugabilidad.
Sí debo decir que hay un par de objetos que por más geniales que parezcan, tienen apenas uno o dos propósitos en el juego, y apenas se vuelven trascendentales en las batallas. me hubiese gustado tener más uso de ellos. Por dicha lo compensan los secretos encontrados en otras áreas del juego.
Las habilidades que sueltan los enemigos para mejorar el ataque o la defensa terminan siendo un poco molestos. Muchas veces no los necesitamos y tenemos que detenernos por los insufribles cinco segundos de asombro de Link (que por dicha los dejamos de ver en menos medida en breath of the Wild). Paso la mayor parte del tiempo esquivando los dichos objetos.
También conserva ese problema de cuando derribas una jarra contra la pared y el objeto salido de ella se queda atorado en ocasiones. Me hubiese gustado que corrigiesen esa física, ya que me veo obligado a lanzar el objeto al suelo la mayoría de las veces para evitarlo.
Diseño Artístico de Ternura
El remake de Link’s Awakening tiene sin duda alguna una de las direcciones artísticas más encantadoras de la franquicia. Siguiendo un poco el pulido trabajo de A Link Between Worlds para 3DS, Link’s Awakening le da ese toque caricaturesco a los personajes. Es un juego atractivo para los niños también.
Los movimientos y efectos sonoros de Link y los personajes son también sacados como de una caricatura, ya sea por el correr de los enemigos o por los hilarantes gritos del personaje al caer. Nintendo sabe cómo mantenernos entretenidos en ese aspecto.
El diseño de niveles está muy bien logrado y como sucedía en los Zelda viejos, es muy temático del lugar. Ya sea una gigantesca torre que nos mantendrá perdidos con sus azules pasadizos, un mundo acuático que nos sacará de quicio más de una vez o un emblemático templo que nos dejará pensando sobre la lógica de sus enemigos, entre otros calabozos.
A nivel técnico el juego corre de forma aceptable. En ocasiones tenemos caídas de cuadros por segundo de forma inexplicable, más que todo en las transiciones del mapa. Aún así son momentos que no se opacan por su bella dirección artística.
La banda sonora de este juego es impecable. Tiene muchos instrumentos tropicales y varios remixes que van variando según el escenario donde estemos. Muchos son remasterizaciones provenientes de a Link to the Past y, por supuesto, Link’s Awakening que se escuchan de maravilla con una banda orquestrada.
El editor menos editor
Lo más decepcionante es sin duda alguna el editor de calabozos. En la nueva inclusión de este remake, puedes crear tus propios calabozos con objetos y estructuras que encuentres. Para esto primero tienes que encontrar a Dampé, un personaje que te ayudará a construirlas.
Aquí puedes agregar personajes, obstáculos y diseñar los escenarios. El problema es que está un poco limitado en cuanto a variedad y no hay mucha ciencia después de construirlas. Compartirlas también es un proceso poco favorable. Ocupas el amiibo oficial de Link, guardar tu calabozo allí, prestarle el amiibo a tu amigo y dejar que él pruebe el calabozo. Claramente Nintendo no quiso que la gente jugase este modo de juego. Por dicha, es un modo de juego que es secundario y que no es requerido para pasar el juego.
Conclusión
El remake de The Legend of Zelda: Link’s Awakening es una encantadora aventura que saciará tus ganas de descubrimiento con buenas dosis de ternura y buen humor. Pasa la prueba del tiempo como un juego competente sin quitar los estándares de los juegos en 1993 y nos demuestra que podemos disfrutar de una aventura y disfrutar de momentos tristes y emocionantes sin tomarnos tan en serio la trama y su lógica.
Lo Bueno:
- Sólida jugabilidad basada en el descubrimiento.
- Buenas dosis de humor y kameos que desafiarán la lógica.
- Gran cantidad de objetos y secretos por descubrir.
- Excelente banda sonora remasterizada.
- Encantadora dirección artística.
Lo Malo:
- Flojo y limitado editor de calabozos.
- Algunos problemas de rendimiento.
- Rol de mandadero puede cansar.
Puntaje:
- Jugabilidad: 8.5
- Contenido: 8.5
- Gráficos: 8.5
- Sonido: 9