The Falconeer – Análisis
Desarrollado en su gran mayoría por un equipo de una sola persona, The Falconeer nos transporta a un misterioso mundo acuático en el que los sobrevivientes combaten para mantener su dominio. ¿Qué nos trae esta singular aventura?
Juego: The Falconeer
Género: Aventura de acción, mundo abierto
Subtítulos: Inglés, español, italiano, francés, alemán
Doblaje: Inglés, francés y alemán
Jugadores: 1 en solitario
Desarrollador: Tomas Sala
Distribuidor: Wired Productions
Plataformas y fecha de salida: 10 de Noviembre del 2020 para Xbox One, Xbox Series S|X y PC vía Steam
Precio inicial: $29.99 en Steam y Xbox
La batalla por El Gran Ursee
Desde la espalda de tu halcón amaestrado puedes apreciar un horizonte rojizo mientras sobrevuelas el amplio mar de este extraño mundo. La paz no durará mucho, pues te diriges hacia el territorio de una facción enemiga. Al acercarte, las tropas aéreas enemigas abren fuego contra ti y tus aliados, maniobrando ágilmente para evadir tu mira. Desde tierra, los cañones se unen también al combate y en pocos segundos un caos de seres voladores, zeppelins y explosiones estalla en medio de una tormenta eléctrica.
Tales son los escenarios de The Falconeer, un juego de aventura en un mundo abierto donde tomas el rol del titular experto en cetrería. A lo largo de su campaña, explorarás los recuerdos de un guerrero caído con ayuda de una misteriosa pitonisa. Así, formarás parte de la historia del Gran Ursee, un fantástico mundo cubierto casi en su totalidad por agua y repleto de historias mitológicas.
En la campaña tomarás el control de varias facciones en constante roce. Los propósitos de cada una varían de acuerdo a su naturaleza. Algunas buscan solamente su propia supervivencia en este hostil mundo. Otras, como El Imperio, intentan mantener el control sobre lo que consideran su dominio por derecho, escogiendo a cada paso cuáles enfrentamientos apoyar indirectamente y cuáles sancionar. La ambientación se presta para conflictos interesantes, con un aire místico muy a la Avatar: la leyenda de Aang. Es una lástima que un universo tan lleno de mitología no cuente con personajes memorables o toma de decisiones en cuanto a la forma de realizar las misiones.
Si bien puedes escoger entre un puñado de personajes autogenerados en cada capítulo de la historia, este aspecto no tendrá efecto alguno sobre el desarrollo de esta. La escogencia de tu origen afectará las estadísticas de tu halcón, pero también pueden ser modificadas gracias a varios objetos dentro del juego, por lo que no son mucho más que un punto de partida. En sí, las misiones se desarrollan de forma lineal y sólo puedes tomar una a la vez, por lo que aunque tienes un mundo abierto que explorar, prepárate para escuchar constantemente a los personajes decirte que vuelvas cuando no estés “tan ocupado”.
Además de las misiones principales, puedes también tomar unas cuantas secundarias (una a una) que te ofrecerán una recompensa de dinero. Estas son más importantes de lo que puede parecer, ya que las mejoras a tu equipo no vendrán casi nunca de recompensas en misiones, sino que deberás visitar los diversos vendedores alrededor del mundo para obtener equipo mejorado. También puedes participar en algunos retos de vuelo en zonas específicas que te brindarán beneficios, pero más que nada el reto es lo que importa, ya que las recompensas no son muy notables.
En general, encontrarás suficiente variedad de cosas por hacer, pero es común que avances de forma muy lineal debido al sistema de misiones que mencioné anteriormente, la cual no insta a explorar este mundo abierto de la forma libre y orgánica que por lo general estamos acostumbrados los jugadores.
Un proyecto de pasión
Como lo mencioné anteriormente, The Falconeer es la visión y obra de Tomas Sala. Apasionado de la narrativa, Sala construyó este mundo fantástico a medida que iba desarrollando su apartado gráfico, historia y personajes. Una labor nada menos que impresionante y cada vez más común en el mundo de los videojuegos gracias a las facilidades de las tecnologías modernas de desarrollo. Esta dinámica de trabajo es evidente en todo el juego, para bien y para mal.
El lado positivo es que el juego hace evidente el amor de Sala por su creación. Volar por este mundo sobre tu halcón hará frecuentes muchos paisajes hermosos y enfrentamientos llenos de acción, pero basta jugar unos minutos para que el juego transmita un sentimiento de paz y libertad a través del simple hecho de surcar los cielos.
Las animaciones de los movimientos de tu halcón en sus diversas maniobras y la forma como puedes utilizar corrientes de aire y torbellinos para mantener tu vuelo le dan dinamismo a tus viajes. Incluso con su apartado gráfico low poly (semi abstracto), hay un gran sentido de belleza gracias al efecto de su paleta de colores y exóticas pistas musicales.
Desgraciadamente, todos estos aspectos positivos tienen su contraparte debido a las limitaciones de ser un juego desarrollado por un equipo tan reducido. Estas limitaciones son bastante evidentes. El mundo se siente bastante vacío. La cantidad de actividades secundarias por realizar es poca y repetitiva. El combate necesita más variedad y profundidad, así como los tipos de enemigos y misiones. En general, el juego necesita contenido, uno de los pilares más complicados pero vitales de un juego de mundo abierto.
El desarrollador ha prometido más actualizaciones, tanto de contenido como de corrección de bugs y problemas técnicos. Esto es alentador, pero a la vez sugiere que es un juego que se hubiera beneficiado de un período mayor en acceso anticipado antes de lanzarse oficialmente.
Lo Bueno:
- Hermoso apartado gráfico y animaciones
- Excelente banda sonora
- Competente sistema de combate aéreo
- Efectivo aunque simple guión para una aventura de fantasía
Lo Malo:
- Escueto en cuestiones de contenido
- Trabajo de voz de calidad variable (en inglés)
Conclusión
The Falconeer posee muchas de las características de un gran juego aun si sus limitaciones se vuelven notorias conforme avanza la campaña. Con el tiempo podría alcanzar su potencial real, pero por el momento es una recomendación sólo para aquellos que sientan curiosidad por su apartado artístico y su mundo.
