Análisis de The Mooseman
Un título que me ha cautivado visualmente fue The Mooseman. Este juego representa con trazos muy minimalistas una historia folclórica de las cultura ugrofinesa, parte de unas prehistóricas tribus asentadas geográficamente en el norte y oeste de Rusia. Si nunca has sabido de esta civilización y eres un gran seguidor de la historia de la humanidad, es tu oportunidad, aunque antes tendría que advertirte unas cuantas cosas antes de adquirirlo.
The Mooseman es una aventura narrativa y educativa con acertijos de un sólo jugador. Esta fue desarrollada por los rusos Vladimir Beletsky y Mikhail Shvachko. Anteriormente lanzada para PC, es ahora distribuida por Sometimes You para las plataformas de Xbox One, Playstation 4 y Nintendo Switch por el precio de $6.99.
Contenido
En la cultura ugrofinesa, se creía que los animales eran sagrados, y que un dios llamado Yen conectó los mundos espirituales y enseñó a sus hijos a valerse por ellos mismos ya sea comunicándose con los animales o viendo más allá de los ojos mortales. De esta manera sus hijos portarían la sabiduría espiritual y la tarea de cargar el Sol durante 7 días, un hijo por cada día.
Todo suena bellísimo, salvo por un gran problema, y es que la jugabilidad no está conectada a su contenido. Todo lo ves si entras al menú y lees los glifos que vas desbloqueando conforme vayas avanzando en la historia resolviendo sencillos acertijos, o bueno, simplemente avanzando. En el juego también consigues dibujos si te desvías a buscar en caminos ocultos, pero todo se siente un poco desconectado. Terminas enfocándote más en avanzar y resolver acertijos que en conocer la historia. Es que cuando sale una pequeña introducción, vemos el texto en ugrofinés y tenemos que entrar al menú interrumpidas veces para entender lo que está pasando.
Fuera de todo, es un intento para educarnos sobre su mitología. Hay muchos personajes con historias interesantes como osos sagrados, los tres mundos, una bruja que nos encamina al mundo superior de los dioses y mucho más.
Jugabilidad
Aquí utilizas a uno de los hombres alce o mooseman que tiene la misión de llegar al Mundo Superior. Te desplazas de forma lateral y tienes la habilidad de ver a través del mundo espiritual y mortal cada vez que te pones una máscara especial, lo cual nos ayuda a atravesar obstáculos.
El uso de habilidades se siente como una oportunidad desperdiciada a nivel narrativo y práctico. Narrativo porque en ningún momento el juego aprovecha de forma efectiva algún acertijo para ilustrarnos acerca de su mitología, sino que nos deja opcionalmente presionar un botón para interrumpir nuestro juego y leer lo que está sucediendo, como cuando te enfrentas a una araña pero sólo te importa salir de su acertijo a prueba y error. Y a nivel práctico por la simpleza de su habilidad. El cambiar de mundos sólo hace que algunas plataformas aparezcan y algunas paredes desaparezcan. Se siente como una excusa para mantenernos ocupados, no sin mencionar que pasamos únicamente avanzando hacia adelante una gran parte del juego.
Su control y uso del menú no son tan funcionales. El panel táctil del dualshock de Playstation 4 también sirve para avanzar, pero muchas veces lo terminaba presionando accidentalmente. Extrañamente, el menú no tiene la opción de resumir al inicio, y si presionabas el botón de salir, este activaba la acción respectiva al botón, en este caso, cambiaba de mundo durante el juego, lo cual me dio para varios accidentes y caídas en plataformas que sólo estaban disponibles en el mundo espiritual. Luego, tienes que ir directamente a la opción de salida, no hay forma de presionar un botón en el control para salirte.
Gráficos
Esta es la parte bella del juego. Con una dirección artística muy minimalista de trazos, nos logra cautivar con grandes escenografías que hablan más acerca de su ambientación e historia. Aquí vemos mucho detalle del Mundo Inferior y sus espíritus, su espléndidos paisajes nocturnos llenos de estrellas y constelaciones, entre otros.
Sonido
La banda sonora también es muy icónica, especialmente porque fue compuesta por habitantes de la República de Komi, por lo que lo componen fuertes percusiones e instrumentos de viento muy particulares de la cultura y alegórico a lo que pudo haber sido la música ugrofinesa.
Conclusión
The Mooseman es una obra con muy buenas intenciones pero con pobre ejecución. Se siente como una demo educativa para los escolares de la zona ugrofinesa pero como una oportunidad perdida para todos los que desconocemos estos mitos. Quizá te llame la atención a nivel visual.
Lo Bueno
- Bella ambientación de la mitología en los escenarios.
- Banda sonora original.
Lo Malo
- Desconexión entre la narrativa y la jugabilidad.
- Problemas con el control.
- Jugabilidad desperdiciada en los acertijos y exploración.
Puntaje:
- Contenido: 5
- Jugabilidad: 4
- Gráficos: 7
- Sonido: 7