Spider-man: Homecoming – Impresiones
En su tercera versión moderna para la pantalla grande, el escalador de muros regresa en Spider-man: Homecoming. Con un nuevo elenco, una nueva visión para el personaje y un estilo más alineado con el MCU ¿logra esta versión redimir los errores de las anteriores?
Advertencia: Ligeros spoilers sobre la trama y personajes
¿De Qué Trata?
Luego de los eventos de Capitán América: Guerra Civil, Peter Parker comienza su “pasantía” en las Industrias Stark. Esto es, básicamente, su proceso de calificación para pertenecer a Los Vengadores. A pesar de haber sido elegido como candidato, es relegado a oficio de superhéroe local en el barrio de Queens en Nueva York, donde sus ansias de probarse a sí mismo rápidamente lo hacen cuestionar el juicio de su benefactor Tony Stark.
Cuando una serie de armas destructivas de alta tecnología comienzan a causar estragos en su vecindario, Peter deberá escoger entre demostrar su valor como superhéroe o acatar las órdenes de Tony Stark, quien le ha instado a mantener un bajo perfil y dejar que gente más calificada se encargue de las situaciones de riesgo.
Lo bueno
Comencemos con el pie derecho (o izquierdo si eres zurdo): Tom Holland nos brinda la encarnación más fiel de Peter Parker y/o Spiderman que ha visto el cine, tomando como base su canon en los cómics. Tanto en su apariencia como en su actitud de geek adolescente con mucho que probarle al mundo (y a su héroe Tony Stark), Holland crea un Peter que nos conquista desde el primer momento con su humilde pero ambiciosa personalidad. Nos sentimos felices de sus éxitos y conmovidos por sus fracasos, recordándonos a muchos de los fans más viejos lo que se sentía ser joven y ver el mundo de forma más simple. El resto del elenco ha sido “modernizado” también, para bien o para mal, rompiendo algunos esquemas establecidos por los cómics pero dándole un poco de frescura y variedad a una historia que ya hemos oído muchas veces antes.
Las escenas de acción, referencias a películas o franquicias clásicas y el sentido del humor que caracterizan al superhéroe arácnido están presentes durante toda la película, haciendo que su duración (poco más de dos horas) no se sienta demasiado. Las escenas de combate y acrobacias, aunque en su mayoría CGI, están excelentemente coreografiadas y logran darle un cierto estilo distintivo a este Spider-Man que lo separan de sus anteriores encarnaciones.
Para sorpresa de todos y contrario al estilo que Marvel ha establecido en casi todas sus películas, el villano esta vez tiene tanto una motivación como un desarrollo que lo hacen sentir como una persona en vez de un simple muro que detiene el avance del protagonista. Michael Keaton interpreta a un obrero de clase media que busca ganarse la vida con el tráfico de armas, las cuales crea a base de la chatarra tecnológica restante de las anteriores batallas entre Los Vengadores y sus enemigos (lo cual es, por cierto, muy apropiado a su apodo de “Buitre”). Esto brinda un tono gris de moralidad que pone a prueba la visión blanco y negro de Peter en cuanto al bien y el mal. En un punto, la historia da un giro inesperado gracias precisamente al tono ambivalente de este villano y es uno bastante bien logrado.
Otro punto a favor es el desarrollo que se le da al personaje de Tony Stark, quien no sólamente toma el rol de mentor y protector de Peter, sino que también se convierte en una figura paterna que, en sus propias palabras, pretende ser mejor que la que tuvo él. Detalles como este conforman las mejores partes de la película y se encuentran siempre en momentos en los que no hay nadie volando ni intercambiando golpes.
Lo Malo
Spiderman: Homecoming es una de esas películas que, desafortunadamente, entre más piensas en ella menos te va gustando. Los puntos negativos comienzan a apilarse una vez que la emoción y el espectáculo termina.
Mucho del humor característico tanto de Spiderman como de Marvel está presente y no es molesto, pero no siempre funciona. Por otra parte, momentos que deberían ser tensos y cambiar de forma significativa la trama se toman en gran parte como comedia. La historia, además, se mueve a un ritmo desigual, donde muchas de las partes funcionan por separado pero no hay una transición natural o interesante que las una.
El resultado es una película que se siente desordenada donde muchos de los elementos que funcionan se sienten un formulaicos y no ofrecen mucha sorpresa. Esto puede ser, claro está, porque es ya la tercera vez que vemos un Spiderman en el cine, pero es un tanto decepcionante cuando la adaptación intenta reinventar el personaje y ofrecer algo nuevo a la franquicia.
Tal vez la peor de las ofensas es que algunas de las características que clásicamente definen a Spiderman no sólo no están presentes, sino que funcionan al inverso en esta versión. Si recuerdas a Spider-Man como un superhéroe ágil, aquí lo verás en sus momentos más descuidados, si no es que de plano torpes. Si recuerdas su atracción y gusto por las alturas, aquí lo verás asustarse por una caída fácilmente evitable (para él, por supuesto). Su habilidad para adherirse a las superficies no funciona muy bien. Su sentido arácnido, que ha salvado su vida en innumerables ocasiones, no existe, exponiéndolo a ataques que normalmente debería haber podido evitar gracias a él. Todo esto se suma para crear una creciente noción incómoda que es difícil de evitar, todo con el fin de ejemplificar la juventud e inexperiencia del personaje, aun cuando no tenga mucho sentido con su concepto original.
La vida estudiantil y amorosa de Peter, además, no es interesante y esto es un problema cuando cerca de la mitad de la película se centra en ella. Su amigo y cómplice de aventuras, aun cuando bienintencionado, resulta en muchos casos molesto y sin ningún ritmo comédico. Uno de los personajes tradicionalmente más pivotales para Peter, su tía May, toma un papel completamente irrelevante para la historia, dejando por fuera cualquier tensión dramática que pudiera aportar.
Para terminar, el tercer acto contiene una secuencia de acción un tanto confusa y difícil de seguir debido a los muchos elementos que se encuentran peleando por atención uno encima del otro en plena oscuridad de la noche, además de un enfrentamiento final desilusionante que deja muchos cabos sueltos importantes.
Veredicto
Spider-Man: Homecoming es una película que a pesar de tener un estilo fresco que logra distinguirse de sus anteriores encarnaciones, no se siente como una obra consistente o bien planificada, aún tomando en cuenta su premisa de reboot. Futuras entregas pueden ser más interesantes, en especial con el desarrollo de villanos más complejos e historias moralmente ambiguas, pero al menos en este primer paso, se evidencia que hay mucho que mejorar aún. |