Warhammer 40K: Dawn of War III – Análisis
El género de estrategia en tiempo real es probablemente uno de los más antiguos en la historia de los videojuegos e, irónicamente, uno de los menos populares hoy en día. Su supervivencia ha sido prolongada gracias a su capacidad de mezclar efectivamente mecánicas tradicionales con narrativa y elementos de RPG. Aun así, Relic Entertainment nos recuerda que esta receta aún puede ofrecer horas de entretenimiento en batallas épicas con Warhammer 40,000: Dawn of War III, a pesar de algunos sinsabores en su propuesta.
Jugabilidad
Como su nombre lo indica, Dawn of War III (DoW III) es la tercera entrega de la saga basada en la franquicia de Warhammer 40K. En ella, controlas las unidades de un ejército en tiempo real y debes guiarlos a la victoria. Cada facción tiene sus fortalezas y debilidades, y depende de ti aprender a aprovecharlas para contrarrestar los ataques de tus enemigos o bien crear una estrategia efectiva de ataque.
Las diferentes facciones poseen sus estructuras, unidades, héroes, árboles de mejoras y habilidades pasivas únicas. Por ejemplo, los Space Marines tienen unidades resistentes y de mucho poder ofensivo, sin embargo no poseen muchas habilidades especiales. Los Orks son relativamente baratos y numerosos, pero no tan resistentes. Por último están los Eldar, una especie de elfos espaciales, que aunque no son tan letales ni numerosos, poseen muchas habilidades especiales que te permiten maniobrar de forma impredecible y emboscar a tus oponentes. Estos son, generalmente, los más peligrosos en manos de jugadores expertos.
Conforme tu ejército crece en número, tu habilidad de macro y micro manejo de tus fuerzas será puesta a prueba, en especial si decides entrar al multijugador en línea. Como es de esperarse, las partidas contra otros jugadores humanos son las más interesantes, aunque la curva de aprendizaje es bastante demandante y la experiencia puede ser desmotivante en los primeros encuentros. Esto es, en muchas formas, parte inevitable de la experiencia en línea, por lo que es recomendable mejorar tus estrategias practicando contra el CPU primero.
Multijugador
Esta será, sin lugar a dudas, la parte más controversial para muchos.
Anteriores entregas de DoW han brindado una excelente experiencia multijugador, aun cuando han tenido enfoques muy distintos en ambos casos. DoW I ofrecía una variedad enorme de ejércitos distintos y mapas en los cuales enfrentarte a tus enemigos en muchas configuraciones de bandos. DoW II, por su parte, se centraba en ejércitos más pequeños y especializados, pero el uso de terreno, habilidades, y trabajo en equipo tomaba un rol más importante en las partidas en línea.
DoW III, desafortunadamente para muchos, ofrece básicamente un único modo de juego que no satisfará a los fans de ninguno de los anteriores. Adicionando mecánicas del género MOBA, como uso de zonas para esconderte (arbustos) y estructuras que debes destruir de forma lineal (torre, inhibidor y nexus, aunque con otros nombres), los enfrentamientos son ahora en mapas donde equipos de uno, dos o tres jugadores ocupan un extremo del mapa y deben intentar destruir estos objetivos (y no necesariamente las bases del equipo contrario) para obtener la victoria. Esto, sumado a una pobre cantidad de mapas (9 en total, en su lanzamiento) resulta en una de las experiencias más decepcionantes de un juego de estrategia moderno.
Nuevos mapas son descargables gracias al Workshop de Steam, lo cual ha ayudado a aminorar el problema un poco. Sin embargo, es una lástima que uno de los más emblemáticos multijugadores de estrategia haya optado por cambiar tanto de lo que sus fans han aprendido a amar de sus entregas anterior, en pos de intentar atraer un público de otro género dentro de los videojuegos.
Contenido
Luego del más aburrido e innecesario tutorial en la historia de los videojuegos (que por suerte es completamente opcional), el paso natural es iniciar la campaña de un solo jugador. La historia es contada desde el punto de vista de las tres facciones que se encuentran en conflicto, alternando de misión a misión el ejército que usas.
La trama relata cómo, durante el perpetuo conflicto bélico a nivel galáctico que caracteriza a esta serie, la aparición de un nuevo planeta y un artefacto que se creía perdido para siempre causa que los tres ejércitos se enfrenten entre sí con el fin de obtenerlo. Gabriel Angelos, líder del escuadrón de los mitad monjes fanáticos mitad soldados llamados Space Marines, lidera sus fuerzas contra Macha (Maka), guía clarividente de los Eldar, quien a su vez está involucrada en una rebelión entre los rangos de su ejército a causa de sus premoniciones sobre el tan preciado artefacto.
Por su parte, el Jefe de la banda de Orks llamado Gorgutz busca ascender de rango en su ejército y llevar a sus tropas a la más gloriosa guerra (“Waaaaagh!” es el término oficial entre Orks) que hayan visto jamás. Estos últimos contrastan enormemente con el tono sombrío y serio de las otras dos facciones, dándole un tono más divertido a la historia que sirve como un bienvenido respiro en medio de la matanza interminable.
La campaña se desarrolla a lo largo de 14 misiones durante las cuales tus héroes ganarán experiencia con cada batalla, subiendo de nivel y desbloqueando tanto habilidades propias como mejoras para el ejército completo. Estas habilidades se seleccionan de un gran (aunque un tanto confuso) árbol de talentos, y deben ser desbloqueadas usando cráneos. Los cráneos son obtenidos terminando misiones. La cantidad otorgada en cada una es suficiente para que puedas personalizar tus habilidades con ajustes ligeros pero notables a cada paso.
Aun cuando fallas una misión, retienes la experiencia que los héroes habían obtenido hasta ese momento junto con los cráneos ganados, lo cual te permite intentarlo una vez más con un ejército un poco más fuerte. Es una lástima, sin embargo, que la historia se desarrolle de forma tan guionizada, sin otorgar al jugador la libertad de seleccionar su bando preferido y permanecer con ellos, como en entregas anteriores de DoW. El cambio de facción de misión a misión le da variedad a la jugabilidad, pero no ofrece tiempo suficiente para perfeccionar tu estilo de juego con cada ejército antes de que te lancen a la siguiente misión con unidades completamente distintas. Esto termina desmotivando la experimentación y perfeccionamiento de tus estrategias y fomentando victorias a base de número, creando ejércitos enormes con los que simplemente haces clic sobre los enemigos para acabar con ellos.
Gráficos
Este es definitivamente uno de los puntos fuertes de esta entrega. Cuando los ejércitos alcanzan un tamaño que llena la pantalla y se enfrentan unos a otros con sus habilidades y armamento, el resultado es una sinfonía de efectos especiales, gritos de guerra, explosiones y disparos que son un deleite para los ojos, en especial si cuentas con una buena PC que soporte configuraciones demandantes.
El cuidado que se le ha dado a los detalles es impresionante, acentuado en gran forma por las idiosincrasias de cada ejército. Los Eldar poseen lasers y tecnología futurística llena de efectos especiales. Los Space Marines poseen mucha de la artillería y armamento que causa estragos en los ejércitos enemigos y el terreno. El ejército de los Orks, por su parte, está repleto de tecnología improvisada cuyas armas, vehículos y estructuras parecen estar siempre a punto de explotar, pero que son altamente efectivas en el campo de batalla.
En conjunto, corriendo a 60 FPS (o más) y con un buen monitor en alta definición, no cabe duda que DoW III es uno de los mejores juegos del año, desde un punto de vista gráfico.
Sonido
Junto con un excelente apartado gráfico, un excelente diseño de sonido complementa la acción en pantalla, dándole vida y haciéndola sentir simplemente épica. Cada facción es tan única en su dirección sonora que puede ser fácilmente identificada a oído. Los Eldar con sus frías y electrónicas voces, los Space Marines con sus nobles y fanáticas citas, y los Orks con su extraño dialecto, timbre de voz y tono comédico.
La música, por su parte, toma un rol de ambientación en la mayoría de los casos, lo cual es una oportunidad desperdiciada. Desde los tonos sombríos del menú principal, las pistas que componen la banda sonora evocan temáticas de guerra: su inevitabilidad, inclemente destrucción de la vida y su eterna presencia por todo el universo, dándole un tono un tanto oscuro a la experiencia. La excepción, congruentemente, son las pistas que acompañan las misiones de los Orks, las cuales son a veces más tribales y enérgicas.
Conclusión
A pesar de un multijugador sumamente sesgado y una campaña un tanto desigual, Warhammer 40,000: Dawn of War III posee aún características de un digno representante de la franquicia. Futuras expansiones podría ayudar a expandir sus fortalezas, y enrutar nuevamente su enfoque hacia lo que sus fans esperaban originalmente. Pero esto solo el tiempo lo dirá.
Lo Bueno
- Impresionante apartado visual
- Impecable diseño y mezcla de sonido
- Fiel recreación del universo de Warhammer 40K y sus facciones
Lo Malo
- Campaña de ritmo desigual resulta tediosa a veces
- Historia un tanto genérica
- Multijugador sumamente limitado a pesar de las fortalezas de las mecánicas
Puntajes
- Jugabilidad: 6.5
- Contenido: 6
- Gráficos: 9.5
- Sonido: 7.5