Kong: La Isla Calavera – Impresiones

Tras 12 años de ausencia en el páramo cinematográfico, King Kong vuelve nuevamente en un largometraje con una dirección un tanto diferente a lo que habíamos visto en la adaptación de Peter Jackson. Kong: La Isla Calavera es dirigida por el joven cineasta Jordan Vogt-Roberts, quien debuta con éxito en este estilo de película que mezcla el sub-género japonés de monstruos gigantes (怪獣映画 o kaijū eiga) con el drama bélico y nos deja fuertes mensajes ecologistas y anti-guerra.

¿De qué Trata?

En el año 1973, el científico Bill Randa (interpretado por John Goodman) ha decidido reclutar, con ayuda del gobierno de los Estados Unidos, a un grupo militar y otro de investigación para explorar la intrigante Isla Calavera, una zona situada en el pacífico asiático con presuntos peligros desconocidos. Las cosas no pintarán nada bien, cuando el ejército estadounidense -recién derrotado en la guerra de Vietnam- deba enfrentarse al imponente King Kong y todos los peligros de su isla.

En el equipo tenemos a un escuadrón comandado por Preston Packard (Samuel L. Jackson) quienes, tras perder en la infame guerra de Vietnam, aceptan el trato del doctor Randa como un intento más para redimirse como soldados. Luego de un aparatoso encuentro con Kong, el teniente coronel Packard decide darle caza furtiva. Por otro lado, tenemos al equipo de exploración e investigación en donde personajes como James Conrad (Tom Hiddleston), Mason Weaver (Brie Larson) y Houston Brooks (Corey Hawkins) quienes, poco a poco, ven la importancia de Kong en la isla y para sus propios habitantes y que, por supuesto, entrarán en conflicto de intereses con el escuadrón militar.

Lo Bueno

Algo que destaca bastante de este tipo de películas de Monstruos Gigantes es la fuerza que emana el reparto de actores (todos nominados en numerosos premios del sétimo arte). Usualmente la dirección dentro de este sub-género se enfoca más en los monstruos y las secuencias de acción que en todo lo demás. Sin embargo, aquí los personajes le dan bastante vida al guión y en especial a la temática anti-guerra y ecologista que se va desarrollando en el equipo. Además, la interacción entre humanos y King Kong funciona bastante bien. Nuevamente el guionista Dan Gilroy se luce con diálogos de buen humor y conflicto entre los personajes, tal y como lo hizo anteriormente en Primicia Mortal (Nightcrawler, 2014).

La fotografía realizada por Larry Fong es bastante buena e impresionista, otorgando poderío a los peligros que acechan a los invasores de la isla. Incluso la milicia de los Estados Unidos luce -irónicamente- imponente en el inicio. No olvidemos todos los lugares que la película nos transporta:  Estados Unidos, Tailandia, Vietnam y los páramos de la Isla Calavera. Las escenas más destacadas fueron capturadas en Oahu (Hawaii), Queensland de Australia y la misma Vietnam, por un exhaustivo periodo de seis meses.

La fotografía combina bastante bien con los efectos especiales y maquillaje (especialmente el maquillaje utilizado en los habitantes de la isla). Todas las criaturas vistas en el largometraje presentan bastante realismo. El King Kong de ahora luce como un animal feroz, acercándose mucho más al clásico de 1933 que incluso al mismo Kong del 2005, interpretado por el maestro del mocap, Andy Serkins. Todo este trabajo fue gracias al estudio detrás de películas como Vengadores: La Era Ultron (Avengers 2: Age of Ultron) y El Renacido (The Revenant).

Lo Malo

El único aspecto negativo podría ser el conjunto de algunas escenas que parecen forzar mucho la trama a ciertas acciones, llegando a un tono inverosímil, y curiosamente todas relacionadas con la muerte. Y por supuesto, si no te gustan las películas de monstruos gigantes o de acción, esta podría no ser de tu agrado.

Veredicto

¡Atención! ¡Quédense hasta después de los créditos, hay una escena muy especial que no se pueden perder!