Análisis de Blue Rider
De la mano de Ravegan, estudio argentino de 14 integrantes, les traemos el análisis de Blue Rider, un Shoot’Em Up al mejor estilo Gálaga , renovado.
Blue Rider muestra lo mejor de dos generaciones, una dificultad que ya no se encuentra tan fácilmente (¿Quién no se quejó porque los títulos actuales son muchos más fáciles que los de Sega, por ejemplo?), un estilo de juego casi desaparecido, y un apartado visual dignísimo, llamativo y colorido. ¡Pasa, lee, y enterate!
Contenido
Los muchachos de Ravegan fueron al hueso, por así decirlo. Blue Rider no se anda con rodeos argumentales, un grupo de ¿monos? montados en mecas amenaza con destruir nuestro planeta, y nuestra misión claro está, es impedirlo.
Cerca del final tenemos una especie de desenlace, que a mi entender está agregado más bien por protocolo, ya que en caso de no estar, hubiese sido prácticamente lo mismo, el título en sí es tan divertido y simple que su arco argumental es totalmente prescindible. ¿Viste que dije que tenía bastante de Gálaga? Justamente, esa filosofía de sentarse y jugar sin rodeos, es otra de sus similitudes.
Jugabilidad
El gameplay de Blue Rider y su dificultad, son los aspectos que más me sorprendieron. Nuestra navecita azul tiene dos armas, una de ellas con disparo disperso y concentrado, para golpear a varios enemigos a la vez o concentrarse en un enemigo en particular, y un lanzamisiles, que sus municiones no abundan mucho, por lo que recomiendo encarecidamente usarlo únicamente en momentos de apuros, porque de lo contrario lo vas a lamentar. Además podemos acelerar y esquivar.
La aceleración o dash puede ser un arma de doble filo: te va a hacer salir de zonas con muchos enemigos cuando la vida sea baja, pero también podes terminar rodeado de enemigos al no poder ver lo que se viene en la pantalla siguiente. Y respecto a esquivar, vas a tener que perseverar bastante. Los enemigos son muchos, los disparos que vas a recibir, aún muchos más, la vida es poca y la regeneración de la misma es bastante baja. Va a ser mucho más lo que te encuentres esquivando que disparando.
No te asustes, no todas son pálidas: también es posible mejorar el armamento para darles masa a los mecas mediante power-ups.
Y hablando de mecas, los enemigos van variando en cada nivel. Cada uno de los escenarios tiene un ecosistema distinto (lava, playa, bosque) y en todos se inserta al menos un enemigo nuevo que te va a obligar a estar en constante aprendizaje si querés superar el juego, ya que todos tienen ataques y movimientos distintos. Además, cada mapa tiene un boss, los cuales pueden llevarte a la frustración, y es que los mismos son muy poderosos, algunos son capaces de matarte de un solo golpe incluso con la barra de vida llena, y cuando morís no te queda otra opción que empezar el nivel de cero.
Como punto aparte, tengo tres apreciaciones personales: la primera de ellas, es que cuando instalé el juego por primera vez odie y maldecí a Ravegan, ya que la optimización del título era nula. Mi computadora está compuesta por un procesador Intel I5 y una placa de video GeForce GTX 970, con los que juego a títulos de última generación en Ultra y en una tasa de frames por segundo de entre 40 y 60, y jugar Blue Rider era un incordio de delay y ralentizaciones, hasta el punto de hablar con el staff de Estado Gamer LA para pedir la key de algún otro juego porque este me era injugable. Días después de esa primera y tortuosa experiencia volví a abrir Steam, y para mi sorpresa había una actualización de unos 80 megabytes para Blue Rider. Decidí volver a abrirlo, para ver si el parche había mejorado algo, y efectivamente, así fue. Se podía, y puede, jugar fluidamente sin el más mínimo problema. Y esto es algo que se agradece Ravegan. Aparentemente un grupo de 14 personas puede sacar un parche que corrige errores, y una monstruosidad como Rocksteady no puede darle solución hace meses a los usuarios de PC de Arkham Knight…
La segunda, es que el juego permite configurar un joystick, pero es mucho más cómodo jugar con teclado y mouse.
Y la tercera y última, ya hablando más bien del ingame, es que su elevada dificultad me llevó a amarlo y odiarlo por igual. La frustración era grande, pero la satisfacción de superar a ese incordioso boss lo era mucho más. Algo bastante similar a lo que viví con la saga Dark Souls, una especie de frustración placentera.
Gráficos
Los gráficos de Blue Rider son aceptables, siendo visualmente llamativo en sus colores vivaces.
El detalle del agua es otro de sus puntos altos, junto a las texturas super detalladas de los mecas. Tal vez lo más bajo, los gráficos respecto a los ecosistemas, siendo algo bajos los detalles de los árboles por ejemplo, en comparación con lo detallado de las naves o el agua, además de algo repetitivos.
Sin duda un título que entra muy bien por los ojos, y otra vez, más aún si tenemos en cuenta que está desarrollado por catorce personas.
Sonido
La banda sonora no pasa desapercibida, pero tampoco cumple un rol culminante, al mejor estilo Axiom Verge donde la misma te podía poner los pelos de punta. Los efectos de sonido, más que aceptables, hechos también en su totalidad por el equipo de Ravegan.
Conclusiones
Blue Rider es, para mi sorpresa, uno de los mejores títulos que jugué en lo que va del año. No hubiese dado ni cinco pesos por el mismo, con su menú rudimentario y jugabilidad llena de delay, y terminó sorprendiendo por todos lados. Tal vez su falta de argumento puede dejar a más de uno algo confundido, ya que en ningún momento sabemos por qué peleamos y destruímos tanto a mecas como bosses, algo que queda totalmente en segundo plano según mi óptica con una jugabilidad más que entretenida y gráficos súper llamativos.
Podes ver más de los muchachos cordobeses de Ravegan en su página web.
Lo bueno:
- Jugabilidad entretenida, muy variada
- Gráficos llamativos y coloridos
- Bosses originales y de elevada dificultad
Lo malo:
- Falta de arco argumental
- Escenarios repetivivos
- Su elevada dificultad puede llevar a la frustración
Puntaje:
- Contenido: 4
- Jugabilidad: 9
- Gráficos: 8
- Sonido: 7
