Sicario – Impresiones

El 2015 vió un alza en la popularidad del narcotráfico en la televisión con el estreno de la popularísima serie Narcos en Netflix, la cual a su vez era una adaptación de otra serie que también retrataba la vida de Pablo Escobar. Siguiendo la misma corriente nos llega Sicario, una historia de violencia, corrupción, crimen y la gente que los combate.

¿De qué trata?

Luego de que una redada a una propiedad del cartel mexicano resulta en la muerte de varios miembros de la fuerza especial, Kate Macer (interpretada por Emily Blunt) y su compañero Reggie Wayne (Daniel Kaluuya) son reclutados por Matt Graver (Josh Brolin, quien interpreta a Thanos en las películas de Marvel) para formar una fuerza especial que investigue las ramificaciones de este crimen. Junto con Alejandro Gillick (Benicio del Toro), cruzan la frontera hacia México con el fin de rastrear y capturar a los culpables.

Inevitablemente, su presencia desencadena una serie de eventos violentos con el cartel, y la situación pone a prueba el compás moral de cada uno de los personajes, así como su capacidad para lidiar con lo peor del crimen organizado.

Lo Bueno

Lo mejor de Sicario está en los momentos donde la tensión escala lentamente y puedes anticipar un baño de sangre en el que cualquier cosa puede suceder, y es en este aspecto donde encuentra su mayor fortaleza. La edición, banda sonora, dirección y el elenco se conjugan de forma genial produciendo escenas que te mantendrán en la orilla de tu asiento, en gran parte gracias a la puntual actuación de Emily Blunt como la policía novata de la unidad y al áspero carisma de caracteriza a Benicio del Toro.

La historia mezcla elementos de corrupción, lealtad, ambigüedad moral y acción en un paquete funcional la mayoría del tiempo, y el desenlace hace que el título de la película adopte un sentido más significativo del que inicialmente se suponía.

Lo Malo

Aunque inicialmente la película parece tener una dirección simple en su historia, poco a poco nos damos cuenta de que existen motivaciones más profundas para los personajes. Normalmente esto le daría un nivel extra de profundidad al guión y lo haría más interesante, pero la ejecución hace que uno termine preguntándose cuál era la razón de mostrar algunos elementos o prestar especial atención a algunos personajes si no se les iba a dar ninguna importancia en su desenlace. Esto es especialmente visible cuando la historia se desvía y pierde un poco de su rumbo para dedicarle tiempo a dichos elementos. En pocas palabras, el guión se siente como una mezcla de dos películas que no necesariamente logran coexistir cohesivamente.

Veredicto